lunes, 27 de junio de 2011

Un viaje con San Isidro

    A casi un año de este estrepitoso viaje y a raíz de una plática por un recuerdome nació compartirlo...

   Fueron San Isidros, grandes y pequeños
me gustan puros, el sabor a barro me recuerda mi terrenal orígen,
esa noche había muchos por lo que para evitar el desperdicio me llevé a los menos conservados,
y las arcadas no se hicieron esperar, opté por la ambrosía terrenal.

   Pasó el tiempo, comenzó el efecto y caí dormido en la noche ante la debilidad y el temblor articular,
ya entrada la noche me despertaron los caleidoscopios y la sensación de mi sangre invadida por esos espíritus,
las risas, los colores, los venados, las estrellas y los conejos multicolores.
El análisis extrasensorial no se hizo esperar y de repente... el llamado de la naturaleza
ya de salida encendí la luz y caí ante la imagen de micuerpo desnudo en el espejo,
me gustaba mi cuerpo y mi cabello largo.

   El baño antes café se tornó decolor vioeta,
mientras el lavamanos respirabame acerqué porque mi mirada ondulaba
y me perdí en el abismo de mi ojo mientras mi pupíla se dilataba y constriñía
mientras de reojo mi cara rojiza se asomaba... los brazos sobre el lavabo se tornaban duros y el espejo casi me bebía.
De pronto las hormigas subían por mis pies,
me invadían y subían por mis piernas, mis manos no las pueden quitar y me desespero!
...espera, es solo tierra, no hay hormigas
y de repente una figura frente a la puerta me dice: ¿Hey! Qué haces?

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